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¿La mejor predicción para el 2025?

Termina un gran año en materia de inversiones (Argentina, Cripto, EEUU, metales) y ya comienzan las predicciones de precios de los diferentes activos para el 2025. La verdad es que nadie tiene las respuestas con certeza, y enfocarse demasiado en esto puede ser contraproducente

Veamos las predicciones del S&P 500 para el año que viene:

Las grandes firmas de Wall Street pronostican una ganancia media en torno al 9% para el S&P 500 en 2025. Sin embargo, la historia demuestra que el mercado rara vez se ajusta a estas previsiones. En siete de los últimos ocho años, los retornos reales estuvieron fuera del rango de 0% y 10%. Y un análisis del último siglo revela que los movimientos extremos son más comunes que los moderados.

Los mercados financieros son dinámicos y forward-looking, es decir, los precios reflejan las expectativas futuras, no solo los eventos pasados o presentes. E incluyen un sinfín de variables interconectadas. Incluso conociendo un factor clave, como el crecimiento económico o las ganancias empresariales, es imposible conocer a ciencia cierta la reacción del mercado. Además, el sentimiento de los inversores (optimismo, pesimismo, miedo, euforia) juega un papel crucial.

Entonces, si nadie puede predecir con efectividad, ¿qué se puede hacer? Debemos enfocarnos en algunos conceptos clave:

  • Tendencias y valuación: Seguir las tendencias del mercado es fundamental. Identificar activos con movimientos de precios definidos y operar a favor de la tendencia ofrece una ventaja probabilística. Idealmente, una inversión debe incluir una tendencia favorable con buenos fundamentos. El análisis fundamental (AF), que evalúa balances, valuaciones, ratios, previsiones económicas e información relevante, busca determinar el valor intrínseco de un activo. Combinar el AF con el análisis técnico (AT), que estudia las variaciones de precios en el tiempo, permite tomar decisiones de inversión con mayores probabilidades de éxito. Recordemos que nunca hay certezas.
  • Diversificación: Diversificar la cartera es esencial para reducir el riesgo y maximizar los rendimientos a largo plazo. No se trata solo de tener activos “diferentes”, sino de considerar la correlación entre ellos. Una cartera verdaderamente diversificada equilibra activos que puedan compensar las pérdidas de otros en momentos de volatilidad.
  • Entender los ciclos y el sentimiento del mercado: Comprender los ciclos y el sentimiento general del mercado es crucial para entender qué es lo que está convalidando a nivel precios y cuál es el riesgo de los distintos escenarios. El mercado puede cambiar de humor rápidamente y es importante poder adaptarse.
  • Enfoque de largo plazo: Los movimientos diarios del mercado son ruido para los inversores a largo plazo. El tiempo es un activo valioso, y utilizarlo a nuestro favor marca la diferencia. Las mayores ganancias se obtienen a largo plazo, no en el trading de muy corto plazo, donde la mayoría de los participantes pierden dinero.

Incluso las predicciones pueden ser útiles para entender mejor el sentimiento y humor del mercado. 

Por ejemplo, si uno leía los diarios en Argentina durante 2021/2022, todas las noticias y proyecciones eran sumamente negativas. ¿Y por qué era relevante? Porque permitía entender que “todo lo malo” ya estaba incorporado en los precios. Por ende, la sorpresa positiva (en caso de un cambio de expectativas) podía ser gigante. Y así terminó sucediendo: las acciones y los bonos vivieron uno de los mejores ciclos de la historia, con rendimientos que ningún inversor podrá olvidar por mucho tiempo. 

Vale aclarar que no es recomendable invertir en un activo solo porque “está barato”. Lo barato siempre puede estar más barato. La sugerencia no es “atajar el cuchillo cayendo”, sino esperar que la caída se detenga y que el precio empiece a mostrar señales positivas. 

En conclusión, lo verdaderamente relevante para el inversor es una estrategia a largo plazo, un profundo conocimiento de los activos, la capacidad de adaptación a los cambios del mercado, la comprensión de los ciclos económicos, un riguroso control del riesgo y, fundamentalmente, un adecuado manejo de las emociones. Las noticias y eventos económicos semanales pueden ser útiles como complemento, pero no deben distraernos de lo verdaderamente importante.

Por: Blas Diaz Saubidet

Cargo: Head of Wealth

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