Si estás pensando en meterte en el mundo del trading, dejame decirte algo desde el arranque: olvidate del intradiario, olvidate del scalping. La mejor recomendación es que empieces por el swing trading.
¿Por qué? Porque el swing trading no exige que vivas pegado a la pantalla, ni que te la juegues por movimientos rapidísimos.
Acá no se trata de adivinar el próximo minuto, sino de identificar movimientos relevantes que pueden durar días, semanas o incluso meses.
No es largo plazo, pero tampoco es la locura del minuto a minuto. Es una estrategia racional, con tiempo para pensar y actuar con lógica.
¿El scalping? Operaciones de segundos, milimétrica. Eso dejáselo a los bots. Literal.
El swing trading, en cambio, te permite operar con tranquilidad, contexto y probabilidad a tu favor. Sin volverte loco.
Y lo más interesante: aunque su base es el análisis técnico, podés complementarlo con fundamentos, narrativa macro, ratios de valuación. Lo que te sirva.
No necesitás casarte con un solo enfoque. Si el gráfico lo dice todo, perfecto. Pero si además tenés fundamentos alineados, mejor todavía!
Aunque mi enfoque principal es el largo plazo (y en Club de Inversores ayudo a los inversores a planificar estrategias diversificadas con esa mirada), cuando opero más activamente, el estilo que prefiero es el swing trading.
Ojo: cuando hablo de swing trading, no me refiero al trading impulsivo o sin plan que suele terminar mal (como ese 75-85% que pierde dinero).
Esto es otra cosa: una estrategia táctica, pensada, con lógica técnica y buen manejo del riesgo. Es operar con criterio, no por ansiedad.
No se trata de perseguir precios, sino de identificar patrones técnicos donde vale la pena entrar. No es más que entrar en activos que ofrezcan una buena relación riesgo/retorno!
¿Entonces? ¿Dejo de lado mi cartera de largo plazo? No, jamás! Se puede invertir con un horizonte de años y, a la vez, aprovechar oportunidades de más corto plazo si sabés lo que estás haciendo. Lo importante es tener un plan. Siempre.
Mis dos setups favoritos (y los que más me funcionan)
Reitero que las grandes diferencias se hacen invirtiendo a largo plazo, en mi opinión. Pero hablando de trading y después de operar durante más de 10 años, terminé enfocándome en dos tipos de entradas que son las que mejor resultado me dieron en cuanto a swings.
Son patrones simples y se basan en algo que repite el mercado: el precio lateraliza, y después se mueve fuerte. O el precio está en tendencia alcista, corrige y después sigue.
Veamos los dos patrones:
1. Ruptura de lateralización con volumen
La idea es simple. El precio viene lateralizando durante semanas, a veces meses. Se mueve en un rango cada vez más ajustado. Nadie habla de esa acción. El volumen se seca. El gráfico parece aburrido.
Hasta que un día, rompe. Y rompe fuerte. Y no solo rompe: entra volumen, y eso cambia todo. Porque el volumen funciona como confirmación. ¿Hay certeza? Claro que no. Pero cualquier entrada que cumpla esos requisitos va a tener sentido.
Esa es mi primera entrada favorita: el breakout técnico con confirmación de volumen.

Incluso en ese momento el oro, de largo plazo, también estaba rompiendo una gran zona de lateralización, de varios años.

¿Había certeza de que, luego de esas rupturas, el oro iba a subir? No, pero la probabilidad estaba muy a favor. El volumen así lo insinuaba también. Y para colmo, los fundamentos acompañaban. No más preguntas.
Acá el stop loss o el plan de salida debería ser debajo del rango que estaba consolidando (rectángulo amarillo).
2. Corrección dentro de una tendencia alcista
La segunda entrada que más me gusta es cuando una acción ya está en tendencia alcista y corrige de forma ordenada. No es un cuchillo cayendo. Es una corrección natural, donde el precio vuelve a una zona técnica relevante, como puede ser una antigua resistencia que ahora actúa como soporte o una media móvil.

Fijate donde dice “P/E: 17”. Además de estar rebotando en una zona que anteriormente había sido resistencia y ahora actúa como soporte (rectángulo amarillo), el RSI (indicador debajo del gráfico) estaba en sobreventa extrema. Es decir, mayor probabilidad de rebote desde ahí.
Para colmo, la valuación era la más baja de los últimos 15 años. Es decir, su ratio forward Price-to-earnings (hace unas semanas hablé de eso: https://clubdeinversores.com/si-te-gusta-el-mercado-tenes-que-leer-esto/) era bajísimo. ¿Qué implicaba eso? Mayor margen de seguridad, sumado a todo lo técnico que tenía también sentido. Listo, suficiente.
No hay que adivinar el mínimo justo, porque de hecho con el diario del viernes no se puede saber si efectivamente va a ser un mínimo. Pero cuando rebota es cuando se da la entrada, sin querer adivinar el precio ideal, porque eso no existe. Y si además tenés otras confirmaciones desde lo técnico o fundamental, podés tomar posición con una gran relación riesgo/retorno.
Esta entrada tiene la ventaja de que el riesgo está muy controlado. Podés poner el stop loss apenas por debajo de la zona técnica de soporte (antigua resistencia) y dejar correr la posición si el rebote se confirma. ¿Y si no rebota? Salís rápido y chau, a otra cosa. Perder es parte de este juego. Siempre habrá operaciones perdedoras.
Incluso estos dos setups se suelen combinar. Miren el caso de Bitcoin durante 2023:

Después de dos intentos fallidos (círculos rojos) por romper la zona de USD 25.000, finalmente lo logró en abril de 2023 (primera flecha verde). A partir de ahí, el precio empieza a lateralizar, respetando esa misma zona como nuevo soporte (antes resistencia). Ese momento encajaba perfecto con el patrón 2. Más adelante, en octubre de 2023, se produce una nueva ruptura al alza (segunda flecha verde), dando lugar a un ejemplo claro del patrón 1. Otra entrada muy interesante.
¿Por qué estas entradas pueden funcionar?
Porque son lógicas. Estas entradas esperan confirmación del precio (patrón 1) o se apoyan en una tendencia alcista con probabilidad de seguir luego de una corrección. Es decir, se busca mejorar el punto de entrada.
¿Por qué no conviene entrar cuando el precio hizo movimientos parabólicos y muy verticales?
No digo rotundamente que no. De hecho, si uno arma una posición de largo plazo, el timing o punto de entrada pierde relevancia y es más importante estar ‘adentro’ que esperar el momento adecuado.
Pero si uno quiere hacer trading, tiene que tener un setup claro. Entonces en ese caso conviene esperar, ya que el mercado se suele mover en ondas, no en línea recta.
Cuando un precio ya subió mucho, es muy probable que venga una corrección, aunque sea mínima, antes de seguir. Entrar ahí arriba, sin esperar ese retroceso, es perseguir precios.
Y perseguir precios te ofrece una entrada con mala relación riesgo/retorno, en zonas posiblemente sobrecompradas, sin estructura clara y con un plan de salida más complicado, ya que la posibilidad de una corrección es alta.
Analicemos el caso de MercadoLibre en 2021:

En el primer círculo rojo, durante enero de 2021, la acción había llegado a USD 2.000 y estaba haciendo máximos históricos. ¿Tendencia alcista? Sí, clarísima. ¿Era buena entrada? No, ni de swing ni de largo plazo. ¿Por qué? Porque el precio estaba muy extendido (RSI en sobrecompra) e incluso había una divergencia bajista en el RSI. Y estabas convalidando la valuación más alta de su historia en cuanto a P/S (precio sobre ventas). MELI ahí valía 20 veces las ventas proyectadas. Una barbaridad. Poco margen de seguridad. Estabas comprando “carísimo”.
¿Qué sucedió después? La acción corrigió fuertemente (-70%) hasta julio de 2022 y rebotó desde una zona que anteriormente era resistencia y la estaba reconociendo como soporte (patrón 1).
Para colmo, el RSI estaba en sobreventa (círculo verde) y el precio comenzó a reaccionar desde ahí. ¿Y lo mejor de todo? El ratio P/S en ese momento era el más bajo de su historia. Incluso era muy cercano al peor momento de la crisis del 2008. ¿Precio reaccionando desde una zona muy interesante, indicadores descomprimidos, valuación bajísima y una empresa fantástica que no paraba de crecer? Correcto. No más preguntas, señor juez!
Estos patrones de entrada (ya sea rupturas que confirman o apoyos sobre soportes de tendencia alcista) tienen lógica: buscan setups con más respaldo técnico y mejores chances. Y combinados con contexto pueden tener más robustez.
Claro que a veces el precio no vuelve, y se te escapa. ¿A quién no le pasó? Y nos va a seguir pasando! Es parte del juego.
Pero si no hay setup, no hay entrada. Porque más importante que estar “adentro”, es que el trade tenga sentido. Esa es la lógica del trading. Importa el cómo y cuándo más que el qué.
Es distinta la lógica al largo plazo. Si yo quiero armar una cartera de largo plazo hoy y poner el 1% en Bitcoin, difícilmente me importe que el precio esté muy extendido de corto plazo. Acá sí priorizo el qué antes que el cómo y cuándo.
Volviendo a hablar de los dos patrones de swing trading, ambos tienen buenas probabilidades de éxito. Los invito a repasar los gráficos de todos los activos y hacer un backtesting simulando estas entradas!
Otro comentario es que operar a favor de la tendencia mejora tus chances, siempre. Claro que al invertir de largo plazo me sostengo más en los fundamentos. Pero para swings, la tendencia manda.
El patrón 2 ya parte de esa lógica de operar en tendencia alcista (luego de una corrección). Pero incluso el patrón 1 (ruptura de lateralizaciones), que puede aparecer después una tendencia bajista, es mucho más potente cuando el quiebre se da en dirección alcista.
Pero vale aclarar que no hay certeza. Es un juego probabilístico. Una ruptura no implica que sí o sí el precio va a subir después. Y una corrección de algo que está en tendencia alcista no significa que vaya a continuar al alza necesariamente. Nadie lo sabe.
Lo más importante es respetar el plan y saber dejar correr las ganancias y poder cortar rápido las pérdidas si la idea no funciona. Parece fácil, pero no lo es. Hay que transitar y saber convivir con las pérdidas, no buscar revancha, no enojarse y menos que menos ponerse eufórico.
¿Qué pasa si alguien se la cree, festeja demasiado y está eufórico? Solo digo esto: en el mercado hay dos personas: los humildes y los que lo serán.
Por eso, aunque hablemos de swing trading, mi recomendación de fondo no cambia: orientá tus inversiones al largo plazo. Ahí es donde se construyen las verdaderas diferencias y donde se gana mucha tranquilidad. No por nada los grandes referentes de la industria fueron inversores de largo plazo.
Ahora bien, si te tienta un poco el vértigo, ahí sí entran todos estos conceptos: rupturas, soportes, correcciones, zonas técnicas.
Pero ojo: lo importante no es operar siempre, sino operar cuando el trade tiene sentido. Una entrada clara, una relación riesgo/retorno que valga la pena, un plan de salida. Y, por supuesto, un tamaño de posición que tenga lógica dentro de tu portafolio, pero eso lo dejamos para otro capítulo.
Estas dos formas de entrar te ayudan a operar con claridad, menos ansiedad y más consistencia.
El mercado es una maratón y no deja de ser un trabajo como cualquier otro. Así que requiere un método, disciplina, habilidad, estudio constante y organización. ¿Resumido? Requiere de un plan. Y el plan es personal.
¿Sabés que estás haciendo si no operás con un plan? Estás apostando!
Y el problema no es solo filosófico, es matemático: apostar significa operar con una esperanza matemática negativa. Es entrar sin una ventaja estadística. Y lo peor: fomentás que los que no son del palo digan que el mercado es una timba, ja! No les demos argumentos a ellos!
A corto plazo, el mercado te puede dar mucho por una corazonada que tuviste y te salió bien. Se puede tener suerte, sí.
Pero a largo plazo termina premiando al que tiene un plan. Porque te puede ir bien un mes, dos o tres. O seis. Pero lo difícil y el verdadero desafío es ser consistente durante años, décadas. De eso se trata. Y ahí no queda otra que tener un plan!