La semana mostró un contraste interesante. Mientras el S&P 500 por capitalización (SPY) subió 0,9%, el que ajusta por ponderación simple (RSP) cayó 1,3%. Es decir, uno subió y el otro no, agudizando sus diferencias en rendimientos:
¿Cómo se explica? Por la gran suba de las tecnológicas, que tienen mucho peso en el S&P 500.
Veamos el gráfico semanal de MAGS, un ETF que incluye a las 7 magníficas: Apple, Microsoft, Amazon, Alphabet (Google), Meta (Facebook), Nvidia, y Tesla.
Estas empresas están en una posición financiera excelente, pero cotizan a múltiplos exigentes. ¿Qué quiere decir? Que sus valuaciones son elevadas. ¿Y qué implica esto? Las valuaciones altas no necesariamente indican caídas inminentes, pero sí exponen a mayor riesgo ante cualquier desvío en las expectativas.
Euforia en máximos
Veamos el Euphoriameter, un indicador compuesto que mide el nivel de optimismo o euforia en los mercados financieros. Combina varios datos clave como el Forward Price-to-Earnings (una métrica de valuación), el índice de volatilidad VIX (mide el miedo o incertidumbre en el mercado) y el sentimiento alcista de los inversores (mediante encuestas).
El Euphoriameter salió disparado hacia máximos históricos, reflejando un alto nivel de confianza entre los inversores. Esto puede ser motivo de precaución, ya que, en el pasado, estos picos han marcado momentos cercanos a techos de mercado. Por ahora, no hay preocupaciones a nivel precios, pero hay que estar atentos.
¿Y Argentina?
Sigue subiendo, aunque con menos fuerza que semanas anteriores. Recordemos que en los últimos 4 meses el Merval, medido en dólares, subió más de 100%. Repito: más de 100% en 4 meses. Realmente increíble.
Si existiera un Euphoriameter para medir el sentimiento del mercado en Argentina, hoy reflejaría niveles elevados, aunque estaría lejos de los niveles vividos con Macri.
Ahora, las empresas están mucho mejor financieramente y sus perspectivas de ganancias son auspiciosas:
Además, los niveles de valuación (mediante el ratio Price-to-earnings) no están ni cerca de parecerse a los de Macri:
Sin embargo, estamos avanzando en esa dirección, con un mercado que parece descontar un escenario ideal de reformas y recuperación económica. Este clima de entusiasmo es comprensible y lógico, teniendo en cuenta los grandes resultados del gobierno.
Pero hay que tener cuidado. El mercado argentino ya dejó atrás la verdadera oportunidad histórica de obtener rendimientos extraordinarios. Gran parte del optimismo ya está incorporado en los precios. Los bonos han dado retornos récord y ahora su margen de ganancia es limitado, mientras que las acciones aún ofrecen potencial (especialmente el sector energético), aunque con mayores riesgos.
Conclusión que aplica tanto para Estados Unidos como para Argentina: la euforia puede ser tan peligrosa como el pesimismo. En Estados Unidos, los índices están en máximos históricos, pero sus valuaciones elevadas exigen cautela. En Argentina, el optimismo sobre las reformas ya está en gran parte descontado, reduciendo el margen para sorpresas positivas.
Es un momento para priorizar estrategias bien pensadas: ajustar posiciones, diversificar riesgos y estar atentos a posibles cambios de sentimiento en el mercado. ¿Hay que vender ya? No diría eso. No se trata de huir, sino de invertir con los ojos bien abiertos.