Club de Inversores

Incertidumbre con tranquilidad

Si miramos el comportamiento de los precios en los mercados de EEUU en la semana pasada, difícilmente podamos distinguir signos claros de ansiedad o incertidumbre.

Sin embargo, cuando miramos los comportamientos intradiarios, veremos algunas sorpresas.

La disputa política por las tarifas está en aumento. Un juzgado federal dijo el jueves que Trump no podía utilizar poderes especiales para imponer tarifas a otros países. De forma casi inmediata los mercados reaccionaron positivamente al alza. Sin embargo, ese entusiasmo se desvaneció en pocas horas cuando quedó claro que Trump apelará la medida. ¿Por qué? No necesariamente porque quede claro que Trump conseguirá lo que busca, sino porque este es un nuevo aumento de incertidumbre.

Estos cambios repentinos de ánimo hablan de cómo la política está afectando el comportamiento natural de los precios. Y en un mercado donde esto se ve con claridad es en el mercado de bonos de los EEUU.

Hay una duda que está despejada: a Trump no le interesa cerrar el déficit fiscal y se espera que su gobierno acumule aún más deuda. Esto empuja los precios de los bonos para abajo y las tasas implícitas hacia arriba. En los últimos días llegamos a ver a la tasa de interés 30 años por encima del 5%, nivel que no veíamos desde comienzos de año.

Junto con esa tasa de interés, la tasa de préstamos hipotecarios se ubicó por encima del 7%, lo cual pone presión sobre la cantidad de viviendas sin vender que ya está en niveles no vistos desde la crisis de 2009.

Sin embargo, cuando aumenta la incertidumbre política, se da el efecto del “vuelo a la calidad” por el que muchos inversores deciden refugiarse en bonos. Es decir “si no hubiera problemas políticos”, las tasas estaría subiendo con contundencia.

En última instancia, todo hace pensar que el efecto que dominará la ecuación será el nuevo stock de deuda que deberá colocar el gobierno de los EEUU y que terminará empujando las tasas hacia arriba.

Esta definición podría darse de modo repentino y se le podría sumar una situación similar de tasa de interés en Japón y podría desatar el desarme de un carry trade donde se vendía yens y se compraba dólares. Si estos dos ingredientes se mezclan, tendremos serios problemas por delante.

Por último, si bien fue una mala semana para las acciones de Argentina, la gran noticia fue que se consiguió nuevamente acceder al mercado internacional de crédito. Esto, sumado a un eventual buen número de inflación de mayo, podría motorizar una suba hacia los máximos de enero en las próximas semanas.

Por: Miguel Boggiano

Cargo: CEO de Club de Inversores

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