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Bonos soberanos argentinos: ¿Compro o vendo?

El año arrancó a pura fiesta para los bonos soberanos argentinos. En esta columna voy a hablar sobre el contexto actual, la diferencia entre TIR y paridad, el impacto del pago de cupones y las oportunidades a futuro. ¿Compro o vendo a estos precios? Al final les doy mi visión. 

Los bonos soberanos argentinos han tenido un rally fenomenal en el último período. Actualmente tienen una TIR de alrededor del 10,5%. Antes del nuevo gobierno, llegaron a rendir más del 50%. Aunque en ese contexto (2020-2023) lo adecuado era considerar la paridad. ¿Por qué? 

Analicemos estos conceptos. La TIR es el rendimiento anual que uno obtiene si compra un bono y lo mantiene hasta su vencimiento, cobrando todos sus pagos (intereses y capital). El cálculo tiene en cuenta que se reinvierten esos pagos a la misma tasa. En palabras simples, es como el “interés efectivo” que te paga el bono basado en el precio actual. ¿Cuándo es útil analizar la TIR? Cuando hay confianza en que el bono cumplirá todos sus pagos. 

¿Y la paridad? La paridad mide el precio del bono como porcentaje de su valor nominal. Por ejemplo, si un bono tiene un valor nominal de USD 100 y se vende por USD 20, su paridad es 20%. ¿Cuándo es útil? Cuando hay alta incertidumbre o riesgo de default (impago).

En escenarios de alto riesgo (como entre 2020 y 2023) la paridad era el indicador clave. Con precios entre el 20% y 40% de su valor nominal, el foco estaba en el valor de recupero en caso de reestructuración. 

En ese momento, era tal el pesimismo que el recorrido a la baja era muy limitado y, en caso de un cambio de expectativas, la oportunidad era gigante. Es decir, la relación riesgo/retorno era sumamente favorable. Y así terminó sucediendo: el AL30, por ejemplo, subió más de 300%. Esto es algo inédito para un instrumento de renta fija.

Desde que ganó Milei, la situación es otra. El gobierno tomó medidas muy audaces y hay mucha más certidumbre. En estos escenarios de optimismo, la TIR se convierte en el enfoque principal. A medida que fue aumentando la confianza en que los pagos se realizarían, los precios subieron y la TIR disminuyó. 

Y esta semana va a ser importante. El jueves 9 de enero los bonos soberanos argentinos pagarán un total de USD 4.360 millones en concepto de amortización e intereses. Incluso ya se publicaron los avisos de pago. Acá el detalle:

  • Bonos 2029 (AL29/GD29): USD 10,50
  • Bonos 2030 (AL30/GD30): USD 8,36
  • Bonos 2035 (AL35/GD35): USD 2,06
  • Bonos 2038 (AE38/GD38): USD 2,50
  • Bonos 2041 (AL41/GD41): USD 1,75
  • Bono 2046 (GD46): USD 4,34

¿Es buena idea comprar bonos para cobrar esos dólares?

Es importante entender que cuando se cobra el pago de un bono, ese monto se descuenta del precio. Es decir, a efectos patrimoniales no hay ninguna ganancia neta por el hecho de cobrar el cupón. Por ejemplo, si un bono vale 80 y se recibe un pago de 10, su precio baja a 70. Lo que se cobra del cupón se descuenta del precio.

¿Qué podría pasar? Lo positivo es que probablemente esa liquidez de los cobros se reinvierta, dado el buen clima. Y en ese caso el precio podría seguir subiendo. Pero no es algo certero. 

Otra noticia positiva sucedió el viernes al cierre de la rueda, cuando el Banco Central anunció un Repo con bancos internacionales por USD 1000 millones que permitirá reforzar las reservas. 

Recordemos que el Riesgo País sigue en niveles superiores al promedio de la región, a pesar de la enorme mejora de los últimos meses. 

Hace un año, el índice rondaba los 1850 puntos. ¿Por qué es relevante? Porque refleja, de manera clara, la confianza del mercado en el gobierno. Es quizá el indicador más directo que tenemos, mostrando cómo las personas respaldan con su dinero y apuestan por el rumbo que está tomando el país.

Las medidas y resultados del gobierno permitieron esta enorme caída del Riesgo País y su consecuente fenomenal rally en los bonos. 

¿Compro o vendo a estos precios? Si Argentina sigue consolidando su rumbo, todavía hay espacio para que sigan subiendo los bonos, especialmente los de largo plazo. 

Es decir, soy optimista con los bonos, pero también cada vez estoy más cerca de venderlos. Este sentimiento puede parecer contradictorio, pero tiene una explicación sencilla. La verdadera oportunidad (comprar a paridades irrisorias) ya quedó atrás. Ahora que los bonos son mucho más “seguros”, menor es su potencial de ganancia. Es un juego que ya casi no me entusiasma. 

Los bonos no pueden subir indefinidamente; tienen un “techo” que se acerca a medida que su precio se aproxima al valor par. ¿Queda recorrido? Sí, pero la relación riesgo/retorno es cada vez menos atractiva. 

Respondiendo a la pregunta, yo sigo conservando el AL30, pero estoy cada vez más cerca de venderlo. Si comprimiera a una TIR del 8,5% (actualmente rinde 10,5%), valdría USD 80,1, lo que representaría una suba del 5% desde el precio actual.

En mi opinión, llegado el caso, sería un gran momento de decirle muchas gracias y adiós. No porque piense que no pueda subir más, sino porque no me interesaría tener un bono soberano argentino con dicho rendimiento. 

Incluso vender a los precios actuales también es razonable, especialmente para los bonos cortos. Hay que analizar siempre cuánto queda por ganar y cuánto por perder (relación riesgo/retorno). 

¿Quién hubiera imaginado en 2022/2023 que el AL30 iba a estar ahora arriba de USD 80 (contemplando el pago de julio)? Creo que nadie. Ni Milei. Y Argentina no deja de ser Argentina, con todo lo que eso implica. 

Por: Blas Diaz Saubidet

Cargo: Head of Wealth

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