Club de Inversores

Atención: ¿Queda recorrido en bonos argentinos?


En inversiones, hay que tratar de no enamorarse de nada (Spoiler: Vista, Nubank y los metales me han complicado mucho esa tarea). Los activos son herramientas. Sirven cuando la relación riesgo/retorno es favorable. Cuando esa relación cambia, uno ajusta. Y punto.

Con los bonos argentinos me pasó exactamente eso. En 2022 y 2023, cuando valían 20, 25 centavos por dólar, el riesgo de default era tan alto que lo relevante no era la TIR, sino el valor de recupero ante una eventual reestructuración.

Había tanto pesimismo, tanta sangre en el mercado, que el downside era muy limitado (además, los bonos tienen un valor de recupero) y el upside, enorme. Esa fue mi tesis: asimetría. Por eso, el tamaño de mi posición y mi convicción eran enormes. Y el AL30 terminó subiendo más de 300% desde mínimos. Eso no es para nada normal para un instrumento de renta “fija”.

En enero de este año, luego de la euforia por el blanqueo, el AL30 llegó a tener una TIR del 10%. Ahí me pareció un gran momento para vender. ¿Por qué? Porque no tenía asimetría a favor. O sea no me ofrecía una buena relación riesgo/retorno. Tan simple como eso. Poco para ganar y mucho para perder.

El 2 de octubre volví nuevamente al AL30, tal como lo comenté en el grupo privado de Telegram del Club de Inversores.

¿Por qué? Porque el mercado estaba exagerando el pesimismo en mi opinión. La TIR se había estirado al 23%, veníamos de semanas cargadas de nerviosismo preelectoral, estaba el viaje del gobierno a EEUU con un anuncio inminente (que se suponía que iba a ser positivo), apoyo explícito del Tesoro norteamericano y una probabilidad más baja de fracaso político de la que el mercado estaba priceando.

Cito un comentario del Newsletter del 19 de octubre: “
¿Mi sesgo en Argentina? Es un poco más alcista que bajista. ¿Por qué? Por sentimiento de mercado, valuaciones, la fuerte caída reciente y el apoyo inédito de EEUU, entre otros factores. Además, pienso que al gobierno le va a ir mejor de lo que el mercado descuenta. Por eso creo que la relación riesgo/retorno es levemente atractiva.”

Ahora, post-elecciones, el panorama está bastante claro: Milei salió fortalecido, aumentó representación en el Congreso y tiene vía política para avanzar con las reformas. El mercado reconoció eso. Y los bonos lo reflejaron.

Hoy el AL30 rinde alrededor de 12%, luego de haber subido un 28% durante el último mes. Si llegara a rendir un 10%, le queda aproximadamente un 5% de suba. Ya vamos entendiendo que la asimetría no luce muy favorable, por lo menos para mi estilo de inversión de largo plazo.

Obviamente el 10% de TIR no es el mejor escenario posible. Tranquilamente los bonos pueden irse a rendir 8% y en ese caso la suba sería más interesante:

Rindiendo 8%, este es el recorrido alcista de los bonos soberanos ley local:

  • AL29:+8%

  • AL30: +10%

  • AL35: +20%

  • AL38: +20%

  • AL41: +21%

Claramente esos retornos sí lucen atractivos, pero implicarían un riesgo país de 400 puntos aproximadamente. Es decir, un escenario bastante positivo.

Pero Argentina nunca deja de ser Argentina. Y cuando uno invierte en este país, la gestión del riesgo es más importante que la convicción.

Entonces, ¿qué hago?

Por ahora, sigo siendo optimista con los bonos. Todavía hay recorrido. Todavía hay margen para que la TIR siga comprimiendo. De hecho, el Riesgo País marcó mínimos de los últimos 9 meses, llegando a los 621 puntos. ¿Y los mínimos del año? 560 puntos en enero.

¿Qué significa todo esto? Que hay jugo para exprimir. De eso no hay dudas. De hecho, los bonos largos pueden subir un 20% desde estos niveles sin que sorprenda a muchos.

Pero también soy honesto conmigo mismo. A medida que los bonos se acercan a su valor par, el techo empieza a estar más cerca y el upside se va limitando, especialmente en los bonos cortos, como el AL30.

Veamos la paridad del AL30, que está en máximos históricos, tal como los otros bonos:

¿Qué quiere decir? Que la relación riesgo/retorno no me parece muy atractiva desde estos niveles.

Sigo comprado en AL30 por el momento (no trato de adivinar el techo), pero ya estoy muy cerca de querer vender la posición. Tal como en enero de este año, si el AL30 se acerca un poco más a la zona del 10% de TIR, ya no me va a interesar más. ¿Por qué? Porque la asimetría no me convence, tan simple como eso.

No porque no crea en la continuidad del rumbo económico/político, sino porque tener un bono soberano argentino para hacer tasa (y no buscar mucha apreciación de capital) no es un juego que me guste jugar. Para otros perfiles, claramente puede tener sentido.

Entonces, ¿qué hago? ¿Compro, mantengo o vendo? Desde ya, la decisión va a depender de lo que cada uno busque. Creo que en bonos largos es más claro el recorrido alcista y la zanahoria sí puede tener sentido. Pero soy consciente de que buena parte del jugo ya se exprimió (estamos en máximos de paridades), por eso a nivel personal no le pongo luz verde al semáforo de bonos. Mantengo, pero a estos niveles estoy bastante más cerca de vender que de comprar más.

Por: Blas Diaz Saubidet

Cargo: Head of Wealth

Correo: [email protected]

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