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¿Qué va a pasar con la tasa de interés? ¿Va a bajar la inflación durante los próximos meses? ¿Cuánto puede valer el S&P 500 a fin de año? ¿Es buena idea comprar la acción X? Nadie sabe esas respuestas. Y tampoco son muy relevantes para poder invertir correctamente.

En lugar de centrarnos en las predicciones del mercado y las tendencias a corto plazo, quiero destacar la importancia del enfoque a largo plazo, las tendencias y valuación de los activos, la diversificación, el control del riesgo y los ciclos del mercado.

El enfoque a largo plazo no implica comprar ciertos activos y quedarse aferrado sin que importen las consecuencias. Siempre hay que tener un plan de salida, por si las cosas no salen como lo planeado.

¿De qué sirve aguantar una caída del 30, 50 u 80%? Estadísticamente es un error. Algunas excepciones pueden hacerse si uno por ejemplo tiene activos de mucha volatilidad y controla el riesgo con un tamaño pequeño de la posición. 

Por ejemplo, alguien podría tener una porción muy pequeña en criptomonedas y, en el afán de obtener jugosos rendimientos, es válido poder tolerar una pérdida del 30%. Pero es muy importante que el Position Sizing sea adecuado en ese caso.

Ahora quiero pasar a las proyecciones que uno suele ver y escuchar en diferentes medios. En el mundo de las inversiones los pronósticos son moneda corriente. 

Estos pronósticos abarcan una variedad de aspectos, desde el rendimiento esperado del S&P 500 hasta las decisiones de la Reserva Federal sobre las tasas de interés, e incluso posibles objetivos de precios de diferentes acciones.

Aunque estos pronósticos suelen recibir mucha atención, es prudente tomarlos con escepticismo.

¿Por qué? Porque con frecuencia resultan incorrectos, como se demostró una vez más en 2023.

Por ejemplo, en diciembre de 2022, los estrategas de Wall Street preveían un modesto declive del 1% en el S&P 500, un pronóstico sorprendentemente pesimista proveniente de un grupo que suele ser optimista casi de manera constante.

¿Cómo le fue al índice en 2023? Una ganancia del 24%.

También vale la pena destacar el rol de la Reserva Federal, en el que los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) adivinan la trayectoria de indicadores macroeconómicos.

¿Suelen ser buenas esas proyecciones? Uno podría pensar que las proyecciones realizadas por los miembros del FOMC para sus propias tasas de interés serían más precisas, dado que tienen control directo sobre ellas.

Pero no es así. Suelen equivocarse, y mucho. Miremos el siguiente gráfico, que compara la evolución efectiva sobre la tasa de interés de los fondos federales (la que controla la Reserva Federal) con las proyecciones:

La línea negra muestra la tasa efectiva al final de cada año, mientras que las líneas punteadas representan las proyecciones medianas de la tasa de interés en cada reunión trimestral del FOMC. Se esperaría que las líneas punteadas azules se alinearan cercanamente con la línea negra, ya que representan proyecciones para el final del año en curso.

La Reserva Federal publica estas proyecciones para proporcionar orientación anticipada a los mercados financieros. Sin embargo, esta «orientación futura» puede generar sorpresas si los mercados confían demasiado en las proyecciones del FOMC. Los ajustes inesperados pueden provocar reacciones negativas en el mercado.

Lo notable de este gráfico es que la Reserva Federal se vio muy sorprendida por la pandemia y luego por la inflación. ¿Cómo no pudieron preverlo?

Entonces, ¿un inversor puede fiarse de las proyecciones de precios de acciones, tasa de interés, inflación y otros indicadores? La respuesta rápida es no. Eso no implica no tenerlas en cuenta, claro está.

¿Por qué resulta tan desafiante prever lo que ocurrirá durante los próximos meses?

Los mercados financieros son como una bola de cristal siempre cambiante. Tienden a ser forward-looking, lo que significa que los precios de los activos a menudo reflejan las expectativas y las proyecciones de los inversores sobre el futuro, en lugar de simplemente reaccionar a eventos pasados o actuales.

Esto significa que incluso si uno tuviera una idea clara de lo que sucederá con un factor clave, como la economía o las ganancias empresariales, aún así sería difícil predecir cómo reaccionarán los mercados. Hay ejemplos de sobra para ilustrar este concepto.

El año 2020 es un ejemplo clásico de esta incertidumbre. A pesar de la contracción económica de EEUU por la pandemia (-2,2% en el PBI real) y una caída del 33% en las ganancias de las empresas del S&P 500, los precios de las acciones aumentaron más de un 18%. 

¿Impensado y loco, no? Por eso, a medida que seguimos viendo predicciones para el 2024, es crucial que no se le asigne más importancia de la que deberían tener. 

En lugar de eso, ¿dónde debería estar el foco? Voy a enumerar cinco conceptos claves para tener en cuenta a la hora de invertir.


  • Riesgo

Aunque el riesgo puede tener una connotación negativa, es fundamental para obtener rendimientos en nuestras inversiones. Sin riesgo, no hay recompensa:

Veamos los retornos totales anualizados y la volatilidad del S&P 500, bonos de EEUU a 10 años y a 3 meses, desde 1928 hasta 2023:



  • Tendencias y Valuación

Quiero remarcar la importancia que tiene seguir las tendencias, ya que es lo que realmente hacen los precios.

¿Qué significa esto? Lo que se busca es identificar activos que muestren un movimiento de precio en una dirección determinada. El objetivo es operar en ese sentido, a favor de la tendencia.

¿Y qué nos indica una tendencia? Simplemente nos orienta de cara al futuro sobre lo que puede pasar. No es más que una indicación probabilística. ¿Qué quiere decir esto? Que cuando operamos en dirección de la tendencia (comprando lo que sube o vendiendo lo que baja), si bien no tenemos certeza de éxito, lo que tendremos es ventaja probabilística. 

El mundo ideal para una decisión de inversión es que tenga un criterio tendencial y que, además, tenga buenos fundamentos. Allí uno tiene mayor seguridad, siempre en términos probabilísticos.

Ejemplo de una buena inversión, teniendo en cuenta la tendencia del activo y los fundamentos de la empresa: Vista Oil (VIST).

Vista Oil (VIST) está en clara tendencia alcista hace mucho tiempo y cada corrección que tuvo la acción fue una gran oportunidad de entrada, con una mejor relación riesgo/retorno. 

Además, los resultados en sus balances han ido mejorando trimestre a trimestre y siguen teniendo proyecciones auspiciosas. Gran empresa con muy buenos fundamentos.

¿Cómo se tiene en cuenta los fundamentos de una empresa? A través del análisis fundamental, uno de los principales métodos. Como cualquier herramienta, su efectividad depende de cómo se utilice. 

Se tienen en cuenta los balances trimestrales, técnicas de valuación, cálculos de ratios, previsiones económicas, información económica en general, eventos políticos, cambios en los directivos de la empresa y cualquier tipo de información adicional que pueda modificar el valor de la acción.

El análisis fundamental (AF) pretende determinar el auténtico valor de una acción. Mientras el análisis técnico (AT) analiza las variaciones de los precios en el tiempo, el fundamental analiza las causas detrás. Es decir que el AT es más recomendable para saber cuándo invertir y el AF para entender dónde.

La recomendación es entender cómo funcionan ambos y tenerlos en cuenta de manera conjunta, para tener mayores certezas al invertir. 

  • Diversificar: 

La diversificación es la clave para reducir el riesgo y maximizar los rendimientos a lo largo del tiempo. 

Aunque es tentador enfocarse solo en los activos que tienen un mejor rendimiento en un momento dado, nadie puede predecir el futuro. Básicamente la idea es “no poner todos los huevos en la misma canasta”.

En el afán de buscar activos “diferentes”, uno tiene que tener en cuenta la correlación, que es una medida estadística que expresa cuán relacionadas están dos variables:

Si un día todos tus activos de la cartera están en alza, aunque pueda parecer positivo en el corto plazo, en realidad esto podría indicar que estás expuesto a un riesgo concentrado. En caso de una corrección del mercado, todos tus activos podrían caer simultáneamente, generando pérdidas importantes. 

Por eso, la verdadera diversificación busca equilibrar la cartera de tal manera que algunos activos puedan compensar las pérdidas de otros en momentos de volatilidad, proporcionando estabilidad y protección frente a la incertidumbre del mercado.

  • Largo Plazo: 

Los movimientos diarios del mercado son ruido para los inversores a largo plazo. El activo más valioso es el tiempo, y aprender a utilizarlo a favor marca la diferencia.

Las mayores ganancias en inversión se suelen obtener en el largo plazo, no en los vaivenes de corto plazo. De hecho, se estima que más del 70% de los traders, que se enfocan en el corto plazo, pierden dinero. 

Las probabilidades de tener un día positivo en el mercado son prácticamente las mismas que las de adivinar la cara de una moneda. Sin embargo, a medida que se mira más allá de un solo día, las posibilidades de obtener resultados positivos pueden aumentar significativamente.

Miremos las probabilidades de tener saldo positivo en el S&P 500 en diferentes períodos de tiempo:

  • Ciclos:

Entender los ciclos que atraviesa el mercado y la economía es crucial para poder invertir. No todos los mercados se mueven de la misma manera, pero todos comparten diferentes etapas: expansión, auge, recesión y depresión.

Por ejemplo, durante una etapa de expansión se podrían sobreponderar diferentes activos de riesgo, mientras que en una recesión se podría tomar una postura más defensiva.

Además, es muy importante saber en qué ciclo monetario se encuentra la Reserva Federal. La liquidez se refiere a la disponibilidad de dinero en el sistema financiero que es proporcionada por la Reserva Federal, y es un gran driver de los mercados.

De hecho, hay una gran correlación entre la liquidez y el S&P 500:

Todos estos conceptos los tengo en cuenta a la hora de armar los portafolios en conjunto con los inversores de nuestra área de Wealth Management. Claramente hay otros factores para armar una cartera de inversión, pero estos 5 conceptos tienen que estar contemplados.

Como conclusión, lo que realmente debería importar para un inversor es la estrategia a largo plazo, conocer los activos, poder adaptarse a los cambios del mercado, entender los diferentes ciclos y controlar el riesgo. Y por último, y no menos importante, el manejo de las emociones. 

¿Y las noticias y eventos económicos de todas las semanas? Hay que tenerlas en cuenta, pero sin desviarse de lo verdaderamente importante.

Blas Diaz Saubidet

Head of Wealth de Club de Inversores / Writer & Blogger

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